Perfil biopsicosocial de las autolesiones no suicidas y los intentos de suicidio en la adolescencia

  1. Wang, Ping
Zuzendaria:
  1. Hilario Blasco Fontecilla Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 2024(e)ko martxoa-(a)k 08

Mota: Tesia

Laburpena

Las autolesiones e intentos de suicidio (IS) en la adolescencia representa una de las principales preocupaciones en salud pública. Durante la adolescencia, las conductas autolesivas alcanzan una elevada prevalencia, con una tasa que llega a ser del 17-18 %. Asimismo, aproximadamente el 2 % de los adolescentes intenta el suicidio, y el suicidio consumado es la segunda causa de mortalidad entre los adolescentes a nivel mundial. Los efectos de estas conductas en la sociedad y en las familias son amplios y significativos. Por lo tanto, es fundamental profundizar en el conocimiento de las causas y factores de riesgo de las autolesiones y comportamientos suicidas entre los adolescentes con el fin de prevenirlos e intervenir de manera efectiva. Las causas de las autolesiones y el suicidio son complejas y multifactoriales, incluyendo la vulnerabilidad genética, así como factores psicológicos y sociales. La prevención de estas conductas requiere tanto medidas universales como medidas específicas para aquellos individuos que presentan mayor riesgo. Por ejemplo, resulta crucial limitar el acceso a los medios que permiten la realización del suicidio. Asimismo, entre los principales desafíos se encuentran profundizar en la investigación de los factores que llevan a las autolesiones y el suicidio en la población adolescente, identificar medidas de prevención efectivas y orientarlas hacia los jóvenes y las personas con mayor riesgo. Esta tesis doctoral se presenta como un compendio de publicaciones centradas en diferentes aspectos que afectan a las autolesiones e IS en adolescentes. La primera de ellas, es un metaanálisis sobre los efectos del acoso escolar y el ciberacoso en la salud mental de los adolescentes. En ella descubrimos que tanto el acoso escolar como el ciberacoso se asocian a un aumento de la ideación suicida, los IS, las conductas autolesivas y la depresión. Asimismo, encontramos que la mayoría de las víctimas de ciberacoso también estaban expuestas al acoso escolar, y que cuando las víctimas estaban expuestas a ambos tipos de acoso, la ideación suicida, los IS, las conductas autolesivas y la depresión aumentaban de forma exponencial. La prevención de las formas de acoso a los adolescentes es importante para la protección de su salud mental. El segundo y tercer artículos son estudios de una muestra de adolescentes hospitalizados con conductas autolesivas y/o suicidas. En el segundo artículo nos centramos en las características de la secreción de endorfina (BE) en este grupo. Los resultados mostraron que los niveles de BE eran generalmente elevados en la muestra; los diagnosticados con depresión tenían niveles más bajos de BE que los demás, y además encontramos que cuanto mayor era la edad a la que aparecía por primera vez la conducta autolesiva en este grupo, menor era el tiempo posterior para progresar de la conducta autolesiva a la suicida. En el tercer artículo, dividimos a los adolescentes con conductas autolesivas y/o suicidas en dos grupos diagnosticados con y sin trastornos de la personalidad, centrándonos en las características de los adolescentes con trastornos de la personalidad comórbidos que se autolesionan y se suicidan. Observamos que, a diferencia de los que no tenían un diagnóstico de trastorno de la personalidad, los adolescentes con un trastorno de la personalidad eran mayores, tenían más probabilidades de haber sufrido abusos físicos o sexuales y presentaban una mayor prevalencia de Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) comórbido. También se observó que la frecuencia de suicidios y autolesiones era mayor en los pacientes con trastornos de personalidad comórbidos. Por último, sugiere que una mayor edad y frecuencia de conductas autolesivas son dos predictores de trastornos de la personalidad. Los clínicos deben tener en cuenta estos dos factores y diagnosticar antes los trastornos de la personalidad, puesto que ello facilitará la intervención, el tratamiento y la curación