Balance de masa geodésico 1957-2000, 2000-2013 y 2013-2019 de las glaciares Hurd y Johnsons, Isla Livingston, Antártida

  1. F.J. Navarro 1
  2. C. Recio-Blitz 2
  3. J. Otero 1
  4. K. Shahateet 1
  5. E. Berthier 3
  6. R. Rodríguez- Cielos 1
  7. C. Molina 1
  8. M.I. de Corcuera 1
  9. A. Díez-Galilea 1
  1. 1 Universidad Politécnica de Madrid
    info

    Universidad Politécnica de Madrid

    Madrid, España

    ROR https://ror.org/03n6nwv02

  2. 2 Universidad Isabel I, Burgos
  3. 3 LEGOS (CNRS/IRD/UT3), Toulouse
Journal:
Topografía y cartografía: Revista del Ilustre Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos en Topografía

ISSN: 0212-9280

Year of publication: 2022

Issue Title: XII Congreso Internacional de Geomática y Ciencias de la Tierra 2022.

Issue: 179

Pages: 65-70

Type: Article

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Abstract

El denominado método geodésico para el cálculo del balance de masa glaciar se basa en la sustracción de dos DEM correspondientes a sendos instantes de tiempo espaciados habitualmente entre 5 y 10 años. Combinado este cambio de volumen con una estimación de la densidad, se obtiene el cambio de masa durante el periodo entre los dos DEM. Hemos realizado este cálculo para los glaciares Hurd y Johnsons, en Isla Livingston (Islas Shetland del Sur, Antártida), usando DEM correspondientes a 1957 (basado en fotogrametría aérea), 2000 (topografía clásica y medidas GNSS diferencial), 2013 (GNSS diferencial) y 2019 (imágenes ópticas de alta resolución del satélite Pléiades). Esto nos ha permitido analizar la evolución del balance de masa geodésico de estos glaciares en los periodos 1957-2000, 2000-2013 y 2013-2019, obteniendo, respectivamente, balances específicos (por metro cuadrado) de –0,27 0,09, 0,21 ± 0,08 y 0,12 ± 0, 07 m w.e./a (glaciar Hurd) y de –0,16 0,09, 0,14 ± 0,10 y 0,01 ± 0,14 m w.e./a (glaciar Johnsons). Puede observarse una tendencia a balances menos negativos e incluso positivos entre los distintos periodos. Esto se debe a que la zona norte de la Península Antártica y las Islas Shetland del Sur ha experimentado durante las dos primeras décadas del siglo XXI un enfriamiento bastante sostenido y particularmente intenso entre los años 2010 y 2016, que contrasta con el calentamiento bastante generalizado en el resto del planeta (y en esta región en décadas anteriores)