“Persuasión coercitiva” y organizaciones criminales en el derecho penal mexicano

Resumen

La sociedad está compuesta por complejos sistemas de comunicación, entre los cuales se encuentran las organizaciones religiosas, algunas de ellas calificadas de sectas y otras de destructivas o coercitivas. En las sectas coercitivas la comunicación es deficitaria gracias a una organización totalitaria y sistémica que restringe o elimina la voluntad de los sujetos, por eso los exadeptos suelen denunciar la falta de libertad. Se han analizado las metodologías y técnicas de manipulación que aplican algunos grupos criminales desde diferentes disciplinas científicas como la psicología, la psiquiatría y la sociología; asimismo, se ha estudiado el fenómeno planteado desde el derecho comparado y las problemáticas tipológicas y normativas en la legislación mexicana, el resultado permite mostrar que las diferentes técnicas de persuasión coercitiva no pueden sancionarse por la Ley de Asociaciones Religiosas y de Culto Público, sino que pueden ubicarse en el delito de amenazas del artículo 282 II en relación con los artículos 51 y 52 del Código Penal Federal, así como en algunos otros tipos, no sin dificultades de enorme calado normativo, por lo que se precisa de una formulación típica del delito de coacciones básico en el Código Penal Federal, aunque en situaciones más graves, cuando se afecta a la salud psíquica, puede ubicarse esta dinámica criminal en el delito de lesiones calificado del artículo 292 del Código Penal Federal. La insuficiencia de los tradicionales tipos contra la voluntad y contra la integridad psíquica precisa nuevas formulaciones dogmáticas y tipológicas para combatir una fenomenología criminal que, en la psicología, la psiquiatría y la sociología, ya está respaldada con cierto consenso científico. Finalmente, hemos realizado una propuesta de tipificación que resuelve las problemáticas normativas y dogmáticas mediante la armonización de los resultados hallados en las otras ciencias. Además de esta figura criminal centrada en la persuasión coercitiva como injusta, se propone la criminalización de ciertas organizaciones coercitivas dolosas o imprudentes para dotar de sentido normativo a los adoctrinamientos que se nutren de miembros jóvenes, como ocurre en el caso de las acusadas organizaciones criminales que existen en México.