Programa de resolución de conflictos fhace up! para la mejora de la convivencia y de la percepción de violencia en los centros de educación secundaria

  1. Avivar Cáceres, Susana
Dirigida por:
  1. Vicente Javier Prado Gascó Director/a
  2. David Parra Camacho Codirector/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 08 de mayo de 2023

Tribunal:
  1. Lidón Villanueva Badenes Presidente/a
  2. Usue de la Barrera Secretario/a
  3. Diego Navarro Mateu Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 807076 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

La violencia escolar representa una de las problemáticas más graves a las que se enfrenta la comunidad educativa, debido a su alta prevalencia y las graves consecuencias asociadas, que pueden repercutir en el desempeño académico, la salud mental y la participación en actos delictivos y/o criminales, entre otras (Estévez et al., 2019; Gaffney et al., 2021; Polanin et al., 2021). Según el último informe proporcionado por Fundación ANAR, en España se archivaron un total de 2868 consultas en relación con episodios de violencia escolar, de las cuales 1911 casos fueron diagnosticados como acoso escolar (Ministerio de Educación y Formación Profesional, 2022b). Debido a la alta preocupación que genera abordar este fenómeno, existe una gran variedad de estudios que tienen como objetivo tratar y/o prevenir la violencia escolar, en concreto el acoso escolar tradicional y el ciberacoso. Diversos estudios defienden el abordaje del clima escolar para la prevención de la violencia (Bottiani et al., 2020; Bradshaw et al., 2022; Coyle et al., 2022), dado que juega un papel clave para el mantenimiento de relaciones de calidad entre los miembros de la comunidad educativa. En este sentido, la gestión pacífica de los conflictos, que surgen inevitablemente en el día a día de las escuelas, resulta una aproximación necesaria en materia de prevención de la violencia y la mejora del clima escolar (Chacon & Raj, 2022; Kafel, 2020; Turk, 2017). Dado que, evitar su afrontamiento o, lo que es peor, haciendo uso de la violencia, sea esta verbal, psicológica o física, puede agravar la situación, dando como resultado escuelas menos seguras (Wang & Degol, 2016). En materia de prevención de la violencia y gestión del clima escolar, muchos de los programas, que persiguen tales fines (Bonell et al., 2018; Ferrer-Cascales et al., 2019; Levi-Keren et al., 2022), desarrollan estrategias tanto de gestión de conflictos como de formación en competencias socioemocionales, incluidas también en el presente programa. Sin embargo, aun existiendo un consenso en cuanto a qué competencias predicen mejor la reducción de la violencia y la mejora del clima, como es el caso de la empatía (Garandeau et al., 2014; Montero-Carretero et al., 2021), no existe un consenso que defina cómo entrenar los estilos de afrontamiento del conflicto más adecuados para abordar la resolución pacífica de los mismos (Burger, 2022b; Rahim & Katz, 2019). Por ello, en el presente estudio, se decidió diseñar un programa de intervención educativa en resolución de conflictos, que desarrollara las competencias socioemocionales y comunicativas básicas, enfocadas a la configuración del estilo cooperativo, entendido como el estilo más adecuado, ya que muestra una gran preocupación tanto por la defensa de los propios intereses como de los intereses de los demás (DeVoogd et al., 2016; Kimsey & Fuller, 2003; Sánchez-Herrera et al., 2022). Es por todo ello, que el objetivo general del que parte el presente trabajo es diseñar y testear la efectividad de un programa de intervención para reducir la violencia y mejorar el clima escolar, a través de estrategias enfocadas en la resolución de conflictos de forma cooperativa. Para dicho objetivo se plantearon los siguientes objetivos específicos: 1) diseñar un programa de resolución de conflictos para la reducción de la violencia y la mejora del clima escolar; 2) validar una escala de escucha activa en población adolescente; 3) identificar los niveles de las variables objeto de estudio: empatía, habilidades sociales, escucha activa, estilos de afrontamiento del conflicto, clima y violencia escolar; 4) analizar la efectividad del programa de intervención; 5) analizar la relación entre las variables objeto de estudio: empatía, habilidades sociales, escucha activa, estilos de afrontamiento del conflicto, clima y violencia escolar. La investigación siguió un método cuasiexperimental pretest-postest y cumplió con todos los criterios éticos. El programa, llamado FHaCE up! está diseñado para trabajar con todo el alumnado de 1º a 4º de la ESO, durante el horario de tutoría, y está basado en diversos enfoques, comenzando con los principios de la teoría del aprendizaje social de Bandura (1998), el modelo de resolución de conflictos de Davidson y Woods (2004), el modelo de mediación entre iguales de Torrego (2013) y el modelo de inteligencia emocional de Salovey y Mayer (1990). Para poder llevar a cabo la propuesta, se contactó con dos centros públicos de la provincia de Valencia similares en sus características, los cuales se asignaron aleatoriamente a grupo control y grupo experimental. La muestra final estuvo compuesta por 264 estudiantes asignados a grupo experimental (55.3% mujeres) y 294 a grupo control (52.9% hombres), con edades comprendidas entre los 11 y los 17 años, grupo experimental (M=13.75, DT= 1.32) y grupo control (M= 13.84, DT=1.12). El programa se compuso de una doble formación: 1) competencias socioemocionales y comunicativas enfocadas a la resolución cooperativa de los conflictos; 2) implementación de un programa de mediación escolar entre iguales. Esta última con la finalidad de internalizar el estilo cooperativo. La duración total del programa se realizó a lo largo de todo el año académico 2018-2019. Tras los análisis llevados a cabo, se observaron resultados favorables para todos los objetivos planteados. Con respecto al primer objetivo, el programa en resolución de conflictos se llevó a cabo en un centro de educación secundaria de la provincia de Valencia, tras haberse recogido los consentimientos informados de las familias y del centro. En relación con al segundo objetivo, la validación de la escala de escucha activa cumplió con los criterios de bondad de ajuste y fiabilidad (¿=.84). Los niveles de las variables de estudio delimitadas en el tercer objetivo presentaron valores medios o valores por encima del punto medio en el caso de las dimensiones de empatía, habilidades sociales, escucha activa, estilo cooperativo y clima escolar, y por debajo del punto medio en el caso de las dimensiones de violencia escolar, estilo agresivo y estilo evitativo. En cuanto al cuarto objetivo, las dimensiones que presentaron mayor efectividad del programa, con valores de ¿² que oscilaron entre .11 y .26, fueron empatía cognitiva y afectiva, escucha activa, expresar sentimientos positivos, rechazar peticiones, vínculos, violencia verbal de alumnado hacia alumnado, violencia física directa y amenazas entre estudiantes, y violencia a través de las NTIC. Por último, con respecto al quinto objetivo, las competencias socioemocionales desarrolladas en la intervención predijeron un 30% de la varianza del estilo cooperativo para el afrontamiento del conflicto en un sentido positivo, así como también esas variables predijeron entre un 12 y 14% las dimensiones claridad de normas y valores y vínculos de la variable clima escolar en sentido positivo, y entre un 6 y un 11% las dimensiones de violencia escolar en sentido negativo. Del estudio se concluyó que, el programa en resolución de conflictos FHaCE up! puede resultar una herramienta plausible para trabajar la mejora del clima y la reducción de la violencia escolar, aspectos esenciales para considerar una convivencia positiva En este sentido, la formación en competencias socioemocionales enfocadas a la gestión cooperativa de los conflictos, propuesta en la primera fase de formación, puede potenciar los beneficios de la implementación de un programa de mediación escolar entre iguales (Mas-Expósito et al., 2022; Seo & Kruis, 2022). Dado que, el estilo cooperativo requiere de una gran preocupación tanto por los propios intereses como por los intereses de los demás (DeVoogd et al., 2016; Kimsey & Fuller, 2003; Sánchez-Herrera et al., 2022), resulta el estilo ideal para tomar conciencia del daño ocasionado y aportar soluciones para repararlo durante el proceso de mediación (Burger, 2022b; Kafel, 2020; Rahim y Katz, 2019). Por otro lado, la mediación escolar entre iguales, que alude a los principios de autonomía y autoeficacia en la toma de decisiones durante la resolución de conflictos (Santamaría et al., 2021), fomenta la participación democrática (González et al., 2018; Cohen, 2008) y, esto a su vez, aumenta la seguridad, el apoyo y el compromiso del alumnado con su escuela, generando dinámicas de interacción más saludables, que mantengan un clima escolar positivo, un factor preventivo fundamental en la prevención de la violencia escolar (Abraczinskas et al., 2022; Crichlow-Ball & Cornell, 2021; Más-Expósito et al., 2022).