Estilos y estrategias de interacción en atención temprana desde la perspectiva de padres y educadores

  1. Escorcia Mora, Claudia Tatiana
Dirigida per:
  1. Francisco Alberto García Sánchez Director/a
  2. María Cristina Sánchez López Director/a

Universitat de defensa: Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir

Fecha de defensa: 17 de de desembre de 2014

Tribunal:
  1. José Antonio Carranza Carnicero President/a
  2. María Dolores Grau Sevilla Secretari/ària
  3. Ana María da Silva Pereira Henriques Serrano Vocal

Tipus: Tesi

Teseo: 376458 DIALNET

Resum

No cabe ninguna duda acerca del hecho de que la Atención Temprana es una disciplina muy joven. Aun así, ha sufrido, a lo largo de su corta existencia, numerosos procesos de cambio en la forma en la que se llevan a cabo las prácticas profesionales. Durante este proceso, hemos visto la evolución de una intervención centrada únicamente en el niño, en procurarle una rehabilitación basada solo en la estructura y la función, a un enfoque social, que involucraba de manera progresiva a la familia en el proceso de intervención y que se encuentra más fundamentado en la evidencia científica. La familia, por tanto, cobra un especial protagonismo, por convertirse en el eje fundamental y elicitador de estímulos que favorecen su desarrollo, es vista como un participante activo en el proceso educativo y rehabilitador de sus hijos. Se preocupa por comprender e incorporar estrategias que le ayuden a satisfacer las necesidades de desarrollo de los bebés, niños y adolescentes a su cargo. En este reparto de funciones los profesionales son los encargados de ayudarles en esta labor. Por ello, la adecuada interacción del profesional con la familia es fundamental para conseguir el éxito esperado de la intervención. Y más si queremos fomentar que la familia entienda y aproveche para su crecimiento personal las orientaciones del profesional. Desde esta perspectiva, resulta interesante conocer cómo se realizan las interacciones y cómo son percibidas por los dos agentes implicados. De forma paralela a este cambio en el paradigma de intervención en Atención Temprana, surge una corriente clínica que empieza a reflexionar acerca de la forma en que las personas se adhieren a la intervención. Dando al concepto de adhesión a la intervención un enfoque más global y flexible, en donde interactúan factores individuales, sociales y familiares. Empieza a suponerse que se trata de una conducta que debe ser entendida a partir de diversas dimensiones: desde los aspectos propiamente conductuales, mediados por elementos cognitivos, motivacionales y volitivos; unidos a cuestiones relacionales, donde interviene la comunicación con el profesional de la salud, la relación del sujeto con el entorno social y familiar; hasta el papel de la organización de los servicios de salud. Estos dos conceptos, en principio aparentemente ajenos, no lo son tanto en la práctica de Atención Temprana, y especialmente bajo el enfoque centrado en la familia. Aquí el profesional, ya no está dando simplemente pautas para que las familias las realicen de manera estricta. Se busca capacitar a los padres, partiendo de la premisa de que pueden ser competentes y pueden modificar sus creencias, ideas y sus estilos de vida, en función de las necesidades de su entorno inmediato. Todo lo cual favorece el éxito de la intervención. Así, el profesional busca adherir a la familia a la intervención, de una forma participativa y abierta. Sin embargo este proceso, que parece fácil en la teoría, no lo es tanto en la práctica. A menudo surgen dudas sobre como establecen los profesionales esta relación. En cómo entienden la atención a las familias, en cómo se incorporan los modelos subyacentes a las distintas prácticas colaborativas, en cuáles son las principales dificultades que se encuentran, o se entienden que existen, para llevar a cabo intervenciones eficaces, etc. Y no sólo a lo largo de la historia reciente, sino incluso hoy en día. Nuestra investigación, por tanto, tiene como objetivo principal el conocer cómo se desarrollan las actuaciones, acciones y estilos de interacción entre familias y profesionales. Así como conocer las dificultades que se presentan a la hora seguir las orientaciones del profesional para el crecimiento y capacitación de las familias en su trabajo con el niño. Para llevar a cabo este proceso, nos hemos fijado nueve objetivos específicos, que incluyen la elaboración de un instrumento para la valoración de los Estilos de Interacción en Atención Temprana (EIAT) tanto para profesionales, como cuidadores principales. A través de este instrumento valoramos como es la percepción que tanto, cuidadores como profesionales tienen de las diferentes actuaciones y estilos de interacción desarrolladas en los procesos de intervención; también identificamos las diferencias entre las percepciones del cuidador principal y el profesional con respecto a sus dimensiones globales en las actuaciones, acciones y estilos de interacción, con el fin de asesorar a las familias y detectar las dificultades que encuentran para seguir las orientaciones. Así como también, se busca identificar patrones en estas dimensiones, que se relacionen con las diferentes variables sociodemográficas presentes en el estudio. El trabajo viene presentado en dos partes. En primer lugar, a lo largo de los tres primeros capítulos, se muestran los elementos teóricos que sustentan la investigación. Abordamos, para ello, las bases conceptuales de la Atención Temprana, la adhesión y manera en la que familias y profesionales perciben la intervención. La segunda parte se centra en el trabajo de campo realizado. En el capítulo cuarto se incluye la realización de dos grupos focales de discusión (profesionales y familias), la elaboración del cuestionario de estilos de Interacción en Atención Temprana (EIAT) en dos versiones (profesionales y cuidadores principales). Cada cuestionario valora a través de 43 ítems las dimensiones: actuaciones realizadas para dar orientaciones; dificultades encontradas para seguirlas; estilo personal del profesional en las interacciones; y orientaciones para el crecimiento de la familia. Para llevar cabo el proceso de validez, tanto, se realizó un juicio de expertos en el que participaron 11 profesionales, con una media de algo más de 22 años de experiencia laboral y conocedores del campo de la AT, quienes tuvieron la misión de valorar las dos versiones. Además de la participación de 5 familiares de niños con necesidades de AT, para que valoraran el cuestionario dedicado al cuidador principal. Posteriormente se llevó a cabo una prueba piloto que contó con la colaboración de un grupo de 94 participantes, de los cuales 53 eran cuidadores principales de niños que asisten a centros de Atención Temprana y 41 profesionales relacionados con esta área. En el capítulo cinco se presenta la aplicación masiva del Cuestionario de Estilos de Interacción en Atención Temprana (EIAT), en la que participaron 187 profesionales y 504 cuidadores principales provenientes de 28 centros de Atención Temprana principalmente de la Comunidad Valenciana y algunos de Murcia. El sexto capítulo comprende la discusión correspondiente a cada una de las fases y pasos desarrollados en la investigación, enmarcada siempre en la literatura científica relacionada con el tema. También incluye las conclusiones a las que llegamos en nuestro estudio, las limitaciones del mismo y las nuevas líneas de investigación propuestas tras la realización de esta investigación. Los resultados obtenidos nos indican entre otras cosas, que los profesionales opinan que hacen más actuaciones encaminadas a la orientación del cuidador principal de lo que estos perciben. Además, sobrevaloran las dificultades que encuentran los cuidadores para ponerlas en práctica. Por último, la calidad del estilo personal del profesional al dar las orientaciones es valorada más alta por los cuidadores principales que por los propios profesionales, lo que habla a favor de su espíritu crítico y su deseo de mejorar su buena praxis.