La improvisada organización de las fuerzas liberales en Santander al comienzo de la primera guerra carlista

  1. Enrique Gudín de la Lama
  2. Carlos Veci Lavín
Libro:
La organización de los ejércitos
  1. Enrique Martínez Ruiz (coord.)
  2. Jesús Cantera Montenegro (coord.)
  3. Magdalena de Pazzis Pi Corrales (coord.)
  4. Lola Sánchez Lázaro (ed. lit.)

Editorial: Ministerio de Defensa ; Universidad Complutense de Madrid

ISBN: 978-84-6089-459-9

Año de publicación: 2016

Páginas: 1117-1148

Congreso: Congreso Internacional de la Cátedra Extraordinaria Complutense de Historia Militar (2. 2015. Madrid)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

El comienzo de la Guerra Carlista sorprendió a los liberales sin que contasen con una organización militar en la que apoyarse. Los carlistas se habían adelantado y, aunque con una estructura precaria, empezaron a levantar las primeras partidas. Los liberales no elaboraron los primeros reglamentos para sus fuerzas hasta comienzos de 1834. En Santander hubo que poner en pie una primera organización militar para acometer la acción de Vargas con unas directrices generales basadas en lo que habían sido las milicias nacionales pero sin que se contase con el mandato expreso del gobierno de Madrid, por lo que su puesta en pie hubo de sustentarse en los mismos principios que habían sustentado las juntas de defensa de la Guerra de Independencia. Después de la acción de Vargas y la de Santullán, se estableció una junta provincial de Defensa que se encargó de organizar las tareas de defensa, policía, comunicaciones, durante esos primeros meses de la guerra Carlista.