Nuevas aproximaciones terapéuticas mediante las vías de señalización del ácido lisofosfatídicoregulación farmacológica y trasplante neuronal
- Guillermo Estivill Torrús Director/a
- Luis Javier Santín Núñez Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Málaga
Fecha de defensa: 03 de marzo de 2014
- Jorge Luis Arias Pérez Presidente/a
- Inmaculada García Fernandez Secretario/a
- Manuel Álvarez Dolado Vocal
- Eduardo Blanco Calvo Vocal
- Fernando Rodríguez de Fonseca Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Los lisofosfolípidos son derivados de fosfolípidos de la membrana celular y uno de los más estudiados es el ácido lisofosfatídico (LPA), considerado como un importante regulador de diversas funciones biológicas. Hasta la fecha, se conocen seis receptores de LPA acoplados a proteínas G (LPA1-6), y entre sus funciones destaca la regulación de la plasticidad hipocampal adulta (Dash et al., 2004; Choi et al., 2010; Shin et al., 2012; revisado en Choi y Chun, 2013). Los ratones carentes del receptor LPA1 presentan déficits en la exploración, la memoria y la regulación emocional (Santín et al., 2009; Castilla-Ortega et al., 2010; Blanco et al., 2012; Castilla-Ortega et al., 2012; Pedraza et al., 2013; Castilla-Ortega et al., 2013) junto con alteraciones funcionales en el hipocampo y en la amígdala (Matas-Rico et al., 2008; Castilla-Ortega et al., 2011; Musazzi et al., 2011; Castilla-Ortega et al., 2012; García-Fernandez et al., 2012; Pedraza et al., 2013; Castilla-Ortega et al., 2013). Actualmente, por la importante participación en el correcto desarrollo del sistema nervioso central así como en numerosas patologías, el potencial clínico de los receptores de LPA está cobrando cada vez mayor interés, gracias a que se dispone de agonistas y antagonistas que pueden modificar la actividad de los receptores (revisado en Choi et al., 2010). Dentro de este contexto, uno de los objetivo de la Tesis Doctoral fue la modulación farmacológica del receptor LPA1, principalmente, mediante el uso de las minibombas osmóticas Alzet®, en condiciones in vivo durante 21 días determinando el papel del tratamiento a nivel fisiológico y conductual. En otro sentido, para un buen desarrollo del sistema nervioso central es imprescindible una correcta sintonía entre los sistemas neuronales activadores e inhibidores.