Evaluación de la memoria espacial en edades tempranasuso de estrategias egocéntrica y alocéntrica
- Marta Méndez López Director/a
Universitat de defensa: Universidad de Oviedo
Fecha de defensa: 16 de de juny de 2020
- Jorge Luis Arias Pérez President/a
- María Estrella Fernández Alba Secretari/ària
- José Manuel Cimadevilla Redondo Vocal
- Natalia Arias del Castillo Vocal
- Valentina Ladera Fernández Vocal
Tipus: Tesi
Resum
La memoria espacial, la capacidad que nos permite aprender y recordar información de carácter visual y espacial, emerge temprano en la infancia, permitiendo, ya en momentos precoces, retener dicha información durante breves periodos de tiempo o modificarla y manipularla. No obstante, su desarrollo entre el primer y segundo año de vida aún no ha sido muy estudiado. En momentos posteriores de la infancia los niños serán capaces de usar dichas habilidades mnésicas para moverse por su entorno y llegar a un lugar meta. Esta capacidad llamada orientación espacial depende principalmente de dos tipos de estrategias: egocéntrica, que toma como punto de referencia al propio individuo, y alocéntrica, que emplea claves externas ambientales. Si bien la orientación alocéntrica ha sido estudiada en la infancia, la egocéntrica ha recibido menos atención, lo que hace difícil poder comparar directamente entre estrategias. En la vida adulta, aunque ambos tipos de orientación están completamente desarrollados, parecen existir diferencias de acuerdo con el género, donde los hombres superan a las mujeres en la estrategia alocéntrica, y con la edad, apuntando a un progresivo deterioro del marco alocéntrico en el envejecimiento saludable. No obstante, tampoco existen muchos datos acerca de la comparación directa entre ambas estrategias de información tanto en población adulta joven como en el envejecimiento. Por último, si bien las habilidades de memoria y orientación espacial han sido examinadas principalmente en población sana, el rendimiento de algunas otras poblaciones potencialmente vulnerables a desarrollar problemas cognitivos, como los nacidos prematuros, no ha sido examinado en profundidad. Por ello, los objetivos que nos hemos planteado han sido (1) conocer el desarrollo evolutivo de la memoria corto plazo y de trabajo visoespacial en primera infancia en niños nacidos a término y prematuros (12, 15, 18 y 22 meses), comparando su ejecución entre grupos, según su edad y poniéndola en relación con su rendimiento cognitivo, conducta y temperamento; (2) analizar el desarrollo de la orientación espacial egocéntrica y alocéntrica en niños a término y prematuros de muy bajo peso (de 5 a 7 años), comparando ambos grupos en ambas estrategias y poniendo en relación su desempeño con otras funciones neuropsicológicas de tipo visoespacial, con su conducta y con el nivel de cortisol, y (3) analizar el funcionamiento de la orientación espacial egocéntrica y alocéntrica examinando su curso a lo largo del ciclo vital, desde la infancia hasta la vejez, comparando así el rendimiento en tres grupos de edad (niños, adultos-jóvenes y mayores), considerando el género de los participantes y asociando su ejecución con otras medidas neuropsicológicas. Nuestros hallazgos apuntan a que la memoria a corto plazo y de trabajo visoespacial está afectada en la población prematura menor de dos años, encontrando diferencias a los 12 y 22 meses. Los niños prematuros y nacidos a término parecieron mostrar diferentes patrones de desarrollo a los 22 meses en comparación con edades más precoces, mejorando los niños a término todos los aspectos de la memoria registrados, pero solo incrementando el tiempo de duración de la memoria en los prematuros. Tanto en niños controles como en prematuros, el rendimiento en memoria visoespacial estuvo asociado con su rendimiento cognitivo generalizado, con su comportamiento mostrado en la evaluación y con la presencia de un estilo temperamental difícil. Por otra parte, los niños prematuros de bajo y extremadamente bajo peso al nacer presentaron dificultades en su memoria visoespacial y su orientación espacial alocéntrica, cuyo rendimiento parece relacionarse con el funcionamiento de las habilidades visoespaciales. En controles y prematuros, no hemos hallado mejor rendimiento en una estrategia de orientación que en otra. En niños controles, sí hallamos que su rendimiento en orientación se asocia con los niveles de cortisol, con la presencia de conductas adaptativas o desadaptativas y con el rendimiento en memoria espacial en contextos cotidianos. Por último, parece que el curso de desarrollo de la orientación espacial en el ciclo vital forma una “U” invertida, donde tanto los niños de 5 a 7 años como los ancianos obtienen menor rendimiento que el grupo adulto joven. Mientras que los hombres jóvenes superaron a las mujeres en memoria egocéntrica y alocéntrica, mujeres mayores consiguieron mantener su estrategia egocéntrica durante más tiempo que los varones. Finalmente, solo las mujeres jóvenes obtuvieron un rendimiento superior en la prueba alocéntrica en comparación con la egocéntrica.