La colección canónica 10PK de ColoniaHistorisches Archiv der Stadt Köln Wallraf 199

  1. Tena-Malo, Moisés
Supervised by:
  1. Carlos Larrainzar González Director

Defence university: Universidad Pontificia de Salamanca

Fecha de defensa: 18 December 2020

Committee:
  1. Mirian de las Mercedes Cortés Diéguez Chair
  2. Luis García Matamoro Secretary
  3. José Miguel Viejo Ximénez Committee member
  4. Ignacio Díaz de Lezcano Sevillano Committee member
  5. Enrique de León Rey Committee member

Type: Thesis

Abstract

Desde mediados del siglo XX el conocimiento de las fuentes de la tradición canónica ha aumentado considerablemente añadiéndose sus resultados a los mejores esfuerzos de los siglos pasados, con mayor y mejor rigor de método, tanto si pensamos en el primero como en el segundo milenio cristianos. El Institute of Medieval Canon Law = IMCL fundado por Stephan Kuttner en 1955, hoy con sede en la Universidad de Yale, ha capitalizado el impulso de estos recientes progresos, mediante una mejora sustancial en el uso de los métodos de la ciencia histórica aplicados a las fuentes canónicas, logrando además coordinar los esfuerzos de estudiosos del universo mundo. Las series publicadas de los Monumenta Iuris Canonici es una buena prueba de todo ello. Inicialmente centró su atención en la realización de una edición en verdad crítica del Decretum Gratiani, que superase las deficiencias de la edición de Emil Friedberg o editio lipsiensis secunda del año 1879, que aún hoy muchos canonistas siguen utilizando sin mayores cautelas críticas, como si ésta mostrase la tradición antigua.Y los progresos de las últimas décadas en el estudio de la obra de Graciano brotan precisamente de una revisión del complejo asunto de sus fuentes formales, apenas considerado por Friedberg con método: es decir, desde que se ha preguntado con rigor crítico por las fuentes que de hecho Graciano utilizó para la composición de su obra, sin descansar en la mera constatación de coincidencias materiales entre las auctoritates con unas u otras colecciones antiguas. Esto es, en efecto, lo que ha llevado a volcar la atención sobre las colecciones canónicas del primer milenio cristiano, pero de un modo nuevo. Los estudios de Paul Fournier y Gabriel Le Bras y de tantos otros pioneros han alcanzado así un desarrollo nuevo como nunca antes. De ellos son excelente muestra el formidable libro de Lotte Kéry que, hoy por hoy, es una guía imprescindible para orientar toda investigación sobre el primer milenio canónico.4 Y también el ambicioso proyecto ejecutado por Linda Fowler-Magerl, bajo la dirección de Péter Landau, cuyos resultados actualmente están disponibles para los investigadores en la red, a través de la base de datos de los Monumenta Germaniae Historica. El título adjudicado a esta tesis doctoral muestra que nuestro estudio se inserta en este último contexto de investigaciones ya que pretende examinar con detenimiento una de esas antiguas colecciones canónicas, hasta ahora prácticamente ignorada, si no desconocida, pues de ella sólo sabemos que existe y que se conserva en un único manuscrito, aún no estudiado ni analizado en detalle: el códice Wallraf 199 conservado en el Historisches Archiv de la ciudad de KÖLN o Colonia.