Análisis de la educación intercultural en la provincia de Ciudad Real. Inserción de la población rumana

Resum

España y Rumanía son, por una parte, dos países hermanados en el contexto europeo y, por otra, dos países que comparten más puntos de los que podemos imaginar: su historia, su lengua, su religión, ciertos aspectos socioeconómicos y políticos e incluso un pasado marcado por las migraciones. En los albores del siglo XXI, la evolución de ambos territorios sigue caminos que continúan vinculándoles aunque de forma distinta. Mientras que la población rumana se ve obligada a seguir emigrando, la española experimenta por primera vez en siglos el fenómeno contrario, el de la recepción de inmigrantes. Su falta de tradición en este sentido convierte en una paradoja el hecho migratorio rumano y, más aún, que esta nueva población opte por asentarse en ciertas áreas que, a priori, no presentan ningún atractivo. Ése es el caso de la provincia de Ciudad Real. Sin embargo, este nuevo ente social ve en la provincia manchega opciones laborales que, lejos del boom de la construcción, se sitúan en un sector que les resulta altamente familiar, la agricultura. Por otra parte, la excelente red de comunicaciones con el norte, el sur, el este y el oeste de nuestro país, pero sobre todo con Madrid, y la posibilidad de vivir dignamente con menos dinero que en otras zonas de España terminan por configurar a Ciudad Real como un territorio altamente demandado. La llegada de rumanos a Ciudad Real, sobre todo a lo que se conoce como comarca agraria Mancha, transforma las estructuras laborales, sociales y educativas, entre otras, de muchas localidades en el período estudiado, 2004-2013. Su facilidad para integrarse ha hecho que la educación intercultural no sea un proyecto sobre el papel sino una realidad. La proliferación del Programa de Lengua, Cultura y Civilización Rumana en las aulas de Primaria y Secundaria, y de intercambios universitarios a través de acuerdos interuniversitarios (fruto de hermanamientos), así como de programas internacionales (tipo Erasmus) han sumado fuerzas. Las asociaciones de rumanos de la provincia junto con las instituciones y la Administración también han ayudado a que Rumanía se sienta bien en España. La existencia de un Consulado rumano en Ciudad Real para Castilla-La Mancha y Extremadura ha influido muy positivamente en la convivencia de la cultura de llegada y de la autóctona. A la luz de todo esto, podemos afirmar que el paradigma sociocultural de la educación intercultural en España se ha visto modificado con la llegada de inmigrantes rumanos. El estudio de ciudad Real se configura como un ejemplo altamente destacable.