Scientia divina y retorno ad unum en el avicenna latinus
- O` Reilly, Francisco
- María Jesús Soto Bruna Doktorvater/Doktormutter
Universität der Verteidigung: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 05 von Juli von 2010
- Rafael Alvira Domínguez Präsident/in
- Alexander Fidora Riera Sekretär/in
- Urbano Ferrer Santos Vocal
- Manuel Lázaro Pulido Vocal
- Josep Puig Montada Vocal
Art: Dissertation
Zusammenfassung
La investigación presenta un estudio de la obra latina de Avicena, en especial haciendo énfasis en su parte metafísica. Así se ha analizado la Philosophia prima sive Scientia divina, prestando especial atención al papel que ocupa el hombre. La propuesta de Avicena resulta original y una síntesis de las posturas neoplatónicas, aristotélicas y religiosas, síntesis alcanzó e influenció en el mundo latino. Partiendo de la óptica de un estudio sobre una de las fuentes del renacimiento filosófico europeo, consideramos que la temática elegida apunta a desarrollar una de las fuentes de lo que será luego uno de los ideales de la filosofía occidental. Este consiste en alcanzar una doctrina que muestre el orden del universo, en el cual el ser humano ocupa un lugar primordial y resulta uno de los actores principales en su desarrollo y perfeccionamiento. Así, en el primer capítulo, La idea de metafísica en Avicena, formulamos las bases epistemológicas establecidas por nuestro autor en la metafísica. Ellas son fundamentales para ubicar la Scientia divina como el acabamiento de las ciencias, en el sentido de que nada más allá de ella puede obtenerse. Su objeto de investigación se identificará con el ens qua ens. En ello, veremos, que Avicena representará una síntesis de las tradiciones peripatéticas. Al demarcar al ente como objeto de estudio y a las causas y a Dios como aquello buscado, nuestro autor ya enseña la dirección final que tendrá la investigación. En el segundo capítulo, El ente finito y su apertura a la noción de causalidad, se presentan las divisiones del ser. Por un lado, la distinción entre Ser necesario y ser posible; mientras que por otro, atendiendo al ente finito, la división del ente en sustancia y accidente, y en materia y forma. En todos estos casos, se advierte la apertura que se produce en el análisis de estas divisiones a la noción de causalidad, que viene a darse por la misma constitución insuficiente de la realidad contingente. En todos los entes finitos se refleja la insuficiencia que tienen en sí para justificar su propio ser y la necesidad de buscar un principio distinto en el cual se halle la justificación de todo ser. En el tercer capítulo, Causalidad, manifestación y creación, partiremos de la apertura a la causalidad señalada en el capítulo anterior, para obtener una noción de causalidad en la cual se encuentre la explicación del ser. En este sentido, Avicena se ocupa de descartar la explicación física de la causalidad y mostrar su incompatibilidad con la pregunta metafísica. A partir de allí, se propone una causalidad en el ser, en la cual se descubre la explicación misma de la creación. Por esta identificación de la causalidad metafísica con la causalidad en el ser, Avicena identificará al Primer agente con el Ser necesario. Como consecuencia de dicha identificación nuestro autor habrá alcanzado el objetivo principal de la metafísica: descubrir la Causa primera. En el cuarto y último capítulo, Dios, emanación y fin del alma racional, presentamos el fin de la Scientia divina, el cual justamente consiste en la descripción de todo aquello que se puede conocer de Dios. La descripción de los atributos divinos tendrá como conclusión una reelaboración de la concepción de lo real. Avicena, partiendo del paradigma neoplatónico, se adhiere a un esquema emanantista de la creación. Veremos cómo nuestro autor percibe este esquema como una manifestación de la perfección divina, y una salvaguarda de su simplicidad. Y será justamente este carácter epifánico de la creación, lo que le permitirá señalar que en el conocimiento de ella se halla el camino por el cual el hombre encuentra su salvación.