El Madrid que Madrid no conocelas crónicas de Blanco Soria, una herramienta de denuncia social bajo la censura de Primo de Rivera
- URIA FERNANDEZ, JOSE MARIA
- Pedro Paniagua Santamaría Director/a
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 01 de febrero de 2016
- Juan Miguel Sánchez Vigil Presidente/a
- Ángel L. Rubio Moraga Secretario/a
- Juan Francisco Torregrosa Carmona Vocal
- Lucía Rivas Lara Vocal
- Santiago Alfonso López Navia Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Luis Blanco Soria (Astorga, 1880-Madrid, 1953) es una de las grandes figuras del periodismo republicano español del primer tercio del siglo XX. Hábil reportero de sucesos, entre 1911 y 1916, fue director de España Nueva ¿periódico fundado por el líder del Partido Radical Conjuncionista, Rodrigo Soriano¿; y concejal del Ayuntamiento de Madrid por la Conjunción Republicano Socialista ¿elegido en 1913, por el distrito de Universidad, junto a Pablo Iglesias y Miguel Morayta¿. También fue candidato a diputado por el distrito de Yecla (Murcia), sin llegar a obtener escaño. Víctima de un montaje, en el que le acusaron de corrupción y que le costó el puesto en la corporación municipal madrileña, Blanco Soria abandonó la primera línea de la política para siempre en 1917. A partir de entonces, se volcó en su trabajo periodístico, llegando a ser una de las grandes figuras de los diarios fundados por Nicolás María Urgoiti: El Sol y La Voz. En este último, el reportero astorgano se consagró como gran cronista madrileño con la creación de distintas series de informaciones dedicadas a denunciar la desastrosa situación de falta de higiene y atención social en la que se encontraban los barrios de la capital; o a recuperar y divulgar la historia del viejo Madrid. Hombre ilustrado y de gran cultura, trabó una especial amistad con el gran maestro de la fotografía Alfonso Sánchez García y su equipo ¿sus hijos Alfonso, Luis y Pepe, así como Domingo González del Río¿. Junto a ellos, Blanco Soria creó El Madrid que Madrid no conoce, una serie de 52 crónicas, publicadas entre 1927 y 1929, en las que retrató la miseria de la Villa y Corte. Una manera de ejercer la crítica política en un periodo en el que la censura impuesta por la dictadura de Miguel Primo de Rivera lo hacía inviable. El periodista astorgano concebía el trabajo periodístico como una labor de equipo, en donde la ilustración o la fotografía cobraban tanta importancia como el texto. Por ello, siempre escuchaba a sus colaboradores, quienes, en ocasiones, le sugerían o proponían el tema de sus informaciones. Aquél trabajo, que entonces sirvió para dar un toque de atención a los responsables municipales, hoy constituye un retrato fiel del pasado de la ciudad, fuente de numerosos datos de su evolución urbanística. Blanco Soria también fue miembro destacado de la Cruz Roja Española, alcanzando el grado de teniente coronel, al mando de la brigada de ambulancias. Tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, compatibilizaría sus funciones en la benemérita institución con las de redactor jefe de La Voz. Al término de la guerra civil, fue juzgado por la justicia franquista, acusado de adhesión a la rebelión militar, por lo que fue condenado a cadena perpetua. Indultado en 1948, se le acusó entonces de ser masón, causa que fue sobreseída por falta de pruebas. Murió en 1953, olvidado. Esta tesis quiere contribuir a rehabilitar su memoria y dignificar su legado periodístico, pues las sentencias por las que fue condenado, aún siguen en espera de ser anuladas.