Educación patrimonial y patrimonio mundialel caso de los monasterios de San Millán de Suso y de Yuso

  1. Andonegui Navarro, María de la O
Zuzendaria:
  1. Noelia Antúnez del Cerro Zuzendaria
  2. Noemí Avila Valdés Zuzendaria
  3. Isabel García Fernández Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 2015(e)ko iraila-(a)k 22

Epaimahaia:
  1. María del Carmen Moreno Sáez Presidentea
  2. Teresa Gutiérrez Párraga Idazkaria
  3. Ana Almagro Vidal Kidea
  4. Clara Megías Martínez Kidea
  5. Judit García Cuesta Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

Esta tesis parte de la hipótesis de que en España no existe una auténtica conciencia ciudadana sobre la repercusión que tiene la conservación, difusión y disfrute del Patrimonio Cultural en el desarrollo social, cultural y económico de un territorio, y de que esta falta de conciencia dificulta su conservación, su difusión y su gestión. Ante esta situación, se defiende la necesidad de implantar modelos de educación patrimonial que fomenten una relación positiva entre los ciudadanos y el patrimonio. Para comprobar estas hipótesis y para proponer un modelo de intervención educativa hemos estudiado el caso concreto de los monasterios de San Millán de Suso y de Yuso, incluidos en la lista de Patrimonio Mundial en 1997. Esta investigación tiene como principal objetivo crear un modelo de educación patrimonial apoyado en un marco teórico y en una metodología de trabajo acordes con las nuevas tendencias en educación patrimonial y con las directrices de la UNESCO. La complejidad de este caso, nos ha llevado a aplicar varias metodologías de investigación que se complementan para conseguir los resultados buscados. Por un lado, hemos aplicado la estrategia de investigación descriptiva e histórica para revisar la configuración del conjunto monástico de San Millán de la Cogolla, para analizar el proceso de patrimonialización experimentado por este conjunto desde su ocupación por las tropas napoleónicas, en 1809 hasta su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial en 1997 y para trazar la evolución del papel la educación en la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial entre 1972 y 2014. Por otro, hemos recurrido a la investigación acción y al estudio de casos para describir y valorar la creación, el desarrollo y los resultados del programa Emilianensis.Descubre los monasterios de La Rioja. La revisión del proceso de patrimonialización demuestra que en San Millán de la Cogolla pervive una concepción monumentalista del Patrimonio Cultural, porque durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX fueron los eruditos y las instituciones culturales como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Real Academia de la Historia, la Real Academia de la Lengua Española, el Museo Arqueológico Nacional, el Instituto de Estudios Históricos del CSIC y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Harvard, entre otras, quienes elevaron este con junto a la categoría de obra maestra de carácter único y a la de Monumento Nacional. La inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial en 1997, no vino acompañada de un cambio en la manera de percibir y gestionar este conjunto patrimonial, acorde con las indicaciones de la UNESCO. El Plan Especial de Protección de los monasterios y de su entorno y el Plan Director de los monasterios, se centraron en controlar las intervenciones arquitectónicas en el entorno y en la recuperación de los edificios monásticos, pero no contemplaron un plan de educación patrimonial, que acercara el patrimonio a las personas. Esta carencia ha tenido efectos negativos en la conservación, gestión y difusión del conjunto emilianense y en la aplicación de la Convención de Patrimonio Mundial en el mismo. Ante estos resultados, proponemos un programa de educación patrimonial, que minimice esos efectos negativos y que rompa la distancia entre la teoría recogida en las directrices prácticas de la UNESCO y las actuaciones en los monasterios de Suso y de Yuso. Un programa basado en una concepción holística del patrimonio cultural en el que se contempla promover la capacitación profesional, la investigación, la participación de la comunidad local y la sensibilización no sólo de los jóvenes, sino también de todo el espectro social y de las administraciones. Todo ello con el fin de favorecer la conservación y el conocimiento del conjunto emilianense y de crear un modelo educativo que pueda ser aplicado en otros contextos patrimoniales.